lunes, 11 de mayo de 2009

HISTORIA DEL ROCK

La mayoría de los libros de la música rock son historia de los éxitos. Las listas de éxitos deciden, es decir las masas deciden. A Marx le hubiera encantado, excepto por una trampa: las masas tienden a comprar lo que es publicitado por los medios, que es aquello por lo que las corporaciones pagan dinero para publicitar. La mercadotecnia decide las listas de éxitos. Invierte unos cuantos millones de dólares en mí y aun yo, sin importar mi talento musical, entraré en las listas de éxitos, es decir me convertiré en parte de "esa" historia de la música rock. La mayoría de los libros en la materia son, de hecho, libros acerca de la industria musical. Muy a menudo, el perfil de un músico es simplemente una lista de sus éxitos en las listas de Billboard ("ese álbum alcanzó las listas de éxitos", "ese álbum pegó en el #5", "ese álbum vendió un millón de copias"). En otras palabras, libros en la historia de la música rock tienden a tratar a los músicos como corporaciones o arranques, juzgándolos por sus ingresos, ganancias y estrategias de mercado.
También existen las versiones nacionales de la historia de la música rock. Los italianos han estado más expuestos a la música inglesa que a la música estadounidense. Los Eagles y Credence Clearwater Revival son poco conocidos, mientras que los Moody Blues y David Bowie son casi nombres del país. La historia de la música rock vista desde Italia es muy diferente que la historia de la música rock vista desde, digamos, Boston.
Finalmente, existen las historias individuales de la música rock. Cada persona creció con un conjunto de ídolos diferentes, y se tienden a centrar en la historia de la música rock alrededor de esos ídolos, ya sea Led Zeppelín o Doobie Brothers.
Mi historia de la música rock no es la historia de las listas de éxitos (lo que considero una aberración), no es una versión nacional (crecí en dos continentes y he viajado a 70 países), y no es una versión individual (crecí con música clásica, literatura y ciencia, no con música rock).
Yo simplemente escuché mucha música, investigué los orígenes de los distintos estilos, y saqué mis conclusiones. Muy frecuentemente, no era consciente de cuantos discos vendió un artista (lo aprendí después, cuando miles de admiradores me enviaron quejas amargas). Muy frecuentemente, no era consciente de qué era popular en Italia o Boston.
También, no siento simpatía por ningún músico de rock. Mis "ídolos" son Ernst, Shostakovic, Pessoa, Coltrane… no músicos de rock.
Esta es la historia de rock más subjetiva que uno pudiera escribir. Pero también la más imparcial, independiente y balanceada.
Termina siendo principalmente una historia de la música de rock "alternativa". Mientras que esta es una aproximación burda, se ha hecho convencional separar la música "comercial" y la música "alternativa". Si hicieras lo que hice (escuchar la música son dejar que la mercadotecnia y las ventas te influyan), es muy poco probable que termines seleccionando los músicos que coronaron las listas de éxitos, y muy probable que seas impresionado por incontables grabaciones oscuras que estaban veinte años adelante de su época aunque nadie las haya escuchado.
Admiradores de la música comercial responderán que todo se reduce a un gusto personal. Yo difiero. Hay un factor absoluto que concede una forma de superioridad sobre la música alternativa. Di a cualquiera (músico alternativo o comercial) que él/ella está tocando música comercial y él/elle se molestará. Di a cualquiera (músico alternativo o comercial) que él/ella está tocando música alternativa y él/ella se sentirá halagado. Los admiradores pueden comprar de acuerdo con los medios y las campañas mercadotécnicas, pero ellos, también, implícitamente reconocerán la superioridad de la música alternativa. Si le dices a un admirador de los Beatles que los Beatles fueron comerciales, arriesgas tu vida. La evidencia es abrumadora: aún el músico más comercial tácitamente acepta que la música alternativa es más importante.
En la vida diaria, las personas tienden a hablar de lo que las personas tienden a hablar. En un sentido, las personas piensan que ellas están hablando, pero, en realidad, solo están citando (a otras personas). La música alternativa es un intento de romper este ciclo interminable, de hablar de algo no porque todos hablen de ello sino porque de hecho tenemos algo que decir.
Al mismo tiempo, redescubriendo el rock alternativo y dándole su crédito es también una forma de reestablecer la reputación de la música rock entre las audiencias mas sofisticadas. Demasiados críticos de rock siguen ciegamente las instrucciones de las principales compañías disqueras y alaban cualquier "siguiente éxito" que se debe a un presupuesto de mercadotecnia más grande. Los críticos de rock que no pueden escapar de esta esclavitud comercial han hecho un gran perjuicio a la música rock. Cualquiera que esté dentro de las sinfonías de Beethoven o las óperas de Wagner y se le diga que las melodías pegajosas de tres minutos de los Beatles son obras maestras de la música rock simplemente sonreirán y cortésmente asentarán con la cabeza, pero no escucharán música rock otra vez; y así nunca aprenderán que la música rock también ha producido suites vanguardistas de 20 minutos y poemas electrónicos de una hora de duración que son fácilmente tan complejos y futuristas como la música clásica contemporánea. Si los Beatles están en la cima de la pirámide, ¿quien querría escuchar el resto de la pirámide? Pero si los Beatles, Elvis Presley, Michael Jackson, etc. están en la base de la pirámide (y en mi opinión, ellos están más cerca del fondo que de la cima), entonces tiene mucho sentido para cualquiera en música seria investigar el resto de la pirámide.
Desde éste punto de vista "alternativo" (uno que pone creatividad antes que ventas) hubo cuatro años decisivos en la historia de la música rock: 1955, cuando Chuck Berry "inventó" rock’n’roll tal como lo conocemos; 1966, cuando Bob Dylan, Frank Zappa, the Doors, the Velvet Underground y otros causaron una revolución masiva en una escena musical adormecida; 1976, cando el "new wave" y punk-rock causaron una revolución en una escena similar; y 1987-88, los años cuando los Pixies, Fugazi, etc. inventaron indie-pop. Cada una de esas eras creativas fue seguida por una era de "realineación" en la cual la creatividad fue reemplazada por las ventas, cuando las industrias disqueras (y bandas comerciales) capitalizaron en las innovaciones de los años previos.
Este libro se divide en cinco partes que a grandes rasgos reflejan esos periodos. (Mi mayor remordimiento es que no terminé los "ochentas" en 1988. Que es el año cuando emergió un número de nuevos cambios de paradigmas. Fue demasiado conveniente para mí usar 1990 como el año decisivo. Pero no lo es. Si alguna vez reviso este libro, moveré bandas nacidas después de 1998 en los "noventas").
Tradicionalmente, los libros de la historia del rock empiezan por definir la música rock como el encuentro de la música country y rythm’n’blues, lo cual es mas o menos correcto (yo creo que el componente de rythm’n’blues fue mucho mayor que el componente country pero, de acuerdo, todo depende en si consideras a Chuck Berry o Elvis Presley como los fundadores del rock’n’roll). Sin embargo, esta definición está fuera de lo que es la música rock de hoy. Hoy, la música rock es un género que emplea técnicas de muestreo, instrumentos electrónicos, tecnología digital/de computadora, cacofonía, y fuentes étnicas (mas allá de afro-americana y anglo-irlandesa). Las raíces de la música rock de hoy están en las innovaciones técnicas y estilísticas traídas en la primera mitad del siglo 20. La música rock es también parte de una corriente de "música popular", cuyos principios pueden ser trazados aún antes, al final del siglo 19. De hecho, sería más preciso definir la música de rock de hoy como el encuentro de la música de vanguardia y la música popular. Por lo tanto, mi historia de música rock "alternativa" empieza mucho antes que la mayoría de los libros en el origen del rock’n’roll.
Habiéndome embarcado en esfuerzo tan monumental, era inevitable que me sintiera con la urgencia de calificar la música, y guiar a los lectores hacia una discografía esencial. El número en paréntesis después de un nombre de un grupo o músico es una forma de calificar su carrera. Es un número de tres dígitos que resume cuantos álbumes he calificado 9/10, 8/10 y 7/10. Así, por ejemplo, Captain Beefheart es un 214, la puntuación mas alta en el libro (2 de sus álbumes merecen 9/10, uno es 8/10, y 4 son 7/10). Cuando el número es solo dos dígitos, significa que el músico no tiene álbumes que merezcan 9/10; cuando solo es un dígito, no hay álbum que merezca 8/10. (No hace falta decir que este sistema de calificación es injusto para músicos que vivieron antes de la edad del álbum: perdón, no se me ocurrió un mejor sistema). Al calificar álbumes, yo era totalmente indiferente a si el álbum había vendido diez millones de copias o solo dos copias (nada de esa información dice mucho acerca de la calidad de la música). Hay muchos más admiradores de estrellas famosas que de músicos oscuros, así que me imagino que mis calificaciones para álbumes famosos perturbaran muchos mas lectores que mis calificaciones por álbumes oscuros. Eso, también, no habla mucho de la calidad de la música.
Para cada álbum indico entre paréntesis el año de lanzamiento. Distinto a la música clásica (en la que cuenta la fecha de composición) y la música jazz (que se preocupa de la fecha de grabación), la música rock usa fechas de lanzamiento (y así, a veces, una canción es acreditada a una fecha cuando el compositor estaba ya muerto). Siento que el año de la composición/grabación es más importante, pero no tenía tiempo para investigar el año de composición/grabación de todos los álbumes. Aún el año de lanzamiento es a veces polémico: yo uso las fechas que puedes encontrar en
www.scaruffi.com -> Music -> Chronology of Albums
Mi juicio es hacia la música, no las letras: se llama "música rock", no "literatura rock". Y hay una razón: como literatura, vale poco. Aún los grandes compositores del rock son, al menos, poetas mediocres. No sorprende, por lo tanto, que raramente menciono las letras de las canciones. El sentimiento general es, casi siempre, mucho mas importante que el mensaje literal.
Rutinariamente he cambiado la ortografía de palabras extranjeras cuando usan un carácter que no es parte del teclado en inglés. Hemos hecho esto por siglo a los lenguajes chino, árabe e hindú, así que no veo porque no deberíamos hacerlo para el francés, español, alemán, etc. Por ejemplo, vocales acentuadas son trazadas en mi libro con la vocal más cercana al inglés.

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